Al iniciar este blog, me preguntaba si existía la vida después del divorcio... bien, pues creo haber obtenido mi respuesta.
¿Existe de verdad? Sí, sí, os aseguro que existe. Lo he podido comprobar en mi caso y en otros tantos a mi alrededor. Si bien es cierto que algo se quiebra en nuestro interior que nos añade dificultades para caminar hacia nuestro futuro, como una mochila que se lleva siempre en la espalda.
Ahora estoy convencida de que el amor verdadero es efímero. En su auge, la fase de enamoramiento, es puro y cristalino, y sin embargo nuestras vivencias, a pesar de que lo refuerzan, también le dan opacidad. De hecho, sólo cabe constatar que cualquier cosa sumamente bella es frágil.
Todo depende de nuestro interior, de nuestros miedos, de nuestra valentía. Si se pretende alcanzar un amor sólido se deben franquear las barreras que surgen a nuestro paso... pero... ¿qué precio estamos dispuestos a pagar para conseguir nuestra meta?
martes, 25 de agosto de 2009
La Respuesta
Etiquetas:
amores,
felicidad,
pensamiento
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