martes, 25 de agosto de 2009

Fin de la guerra

¿Fin? Bien... no estoy segura de que los finales existan realmente, porque pienso que la vida es siempre una sucesión de eventos, pero si me adhiero al significado descrito en el diccionario, quizás sí que pueda señalarlo como el final de mi guerra personal.

Hace algún tiempo os describí mi denuncia penal. Fue desestimada en el Juzgado de Primera Instrucción porque el Juez consideró que había sido yo la que renuncié a la pensión de mis hijos inicialmente. En ningún momento tuvo en cuenta que el padre se comprometía a participar directamente en los gastos. Tras la pertinente apelación, el Segundo Juez dictaminó que no existía tal abandono por parte del padre porque los niños disponían de una madre que se apretaba el cinturón, pero que consegía sostener a los niños sin que les faltara nada sustancial para su desarrollo. Sí, sí... increíble pero cierto. Al menos en esta segunda ocasión me alentaban a iniciar un procedimiento civil para establecer una pensión.

No había nada ganado por adelantado. Ni siquiera estaba segura de que me aceptaran la demanda, pues no existe tal obligación si no se demuestra un cambio sustancial de las condiciones económicas tras el acuerdo de divorcio. No obstante, no me podía resignar a aceptar la situación sin luchar hasta el final. Así que una vez interpuesta la demanda, la magia de mi excelente abogada (rubia de ojos azules, no sé si tendrá algo que ver) operó.

Iniciada la negociación con el papá de mis hijos, él se opudo a darme nada. Pero ni siquiera quiso buscarse un abogado, así que fue la mía la que tuvo que aconsejarle... Aunque pagando yo, claro está.

En una de las sesiones de negociación, él pretendió estrujarme más... y entonces fue cuando salieron mis garras, la fiereza contenida desde el principio me hizo leer en voz alta cuatro reproches grabados en el fondo de mi corazón. Eso le hizo claudicar y acabar reconociendo que fue gracias a mis esfuerzos que los niños no quedaron traumatizados por la situación.

Claudicó hasta tal punto que reconoció que el acuerdo al que llegábamos era realmente mísero (250€/mes por los dos niños), pero que era la única manera de estar seguro que podría hacer siempre frente a sus obligaciones. Acepté.

Así que finalmente hubo acuerdo mútuo ratificado por el Juzgado, sin más. Ni vistas, ni justificantes, ni testigos, ni nada. Tan sólo un mísero acuerdo que se hizo esperar más de dos años.

El final de una guerra, al fin... creo que el principio de la paz.

La Respuesta

Al iniciar este blog, me preguntaba si existía la vida después del divorcio... bien, pues creo haber obtenido mi respuesta.

¿Existe de verdad? Sí, sí, os aseguro que existe. Lo he podido comprobar en mi caso y en otros tantos a mi alrededor. Si bien es cierto que algo se quiebra en nuestro interior que nos añade dificultades para caminar hacia nuestro futuro, como una mochila que se lleva siempre en la espalda.

Ahora estoy convencida de que el amor verdadero es efímero. En su auge, la fase de enamoramiento, es puro y cristalino, y sin embargo nuestras vivencias, a pesar de que lo refuerzan, también le dan opacidad. De hecho, sólo cabe constatar que cualquier cosa sumamente bella es frágil.

Todo depende de nuestro interior, de nuestros miedos, de nuestra valentía. Si se pretende alcanzar un amor sólido se deben franquear las barreras que surgen a nuestro paso... pero... ¿qué precio estamos dispuestos a pagar para conseguir nuestra meta?

jueves, 25 de junio de 2009

Noticias mías

Llevo tiempo desconectada de mi vida cibernética que tanto calor y entusiasmo me proporcionó en mis horas de eterna soledad. Mi nueva vida me llena hasta tal punto que me vuelco en ella de manera total e incondicional. Soy consciente que este blog a ayudado a algunas personas en situaciones similares. Pero el tiempo no da para más.

La denuncia penal no llegó a tener efecto, el juez de primera instancia la desestimó, y en recurso el juzgado provincial determinó que no habían motivos suficientes para una denuncia penal, puesto que no habían alimentos impagados, por no haber una cuantía fija determinada en mi sentencia de divorcio. Estimó que no existía abandono, puesto que la madre (yo) cumplía ese rol plenamente. Aunque sí reconoció mis dificultades y la injusticia que se producía, y me animó a pasar por la vía civil y pedir una modificación de medidas definitivas, opinando que era la mejor opción.

Ese procedimiento iniciado, he empezado las negociaciones con el papá de los niños, que paulativamente se va suavizando y tranquilizando. Ese cambio se debe en gran parte a su compañera sentimental. Una bellísima persona, con la que los niños se sienten muy a gusto y a la que adoran, a mi gran satisfacción. Le he transmitido en muchas ocasiones mi agradecimiento, y ahora es algo así como una aliada para mi, puesto que es ella la que hace la labor de concienciar a mi ex marido.

Actualmente nos encontramos negociando la pensión, que, aunque ridícula, para mi ya es mucho poder obtener un extra para los gastos de los niños o para ahorrarlos para su futuro. El otro día estallé y le dije varias cosas de las que tenía guardadas desde el principio, y me dio la impresión de que ahora se está dando cuenta de todo.

La situación para mis hijos es un poco difícil en mi casa, puesto que se encuentran con una hermanastra más pequeña que requiere más atenciones mías, pero confío de que el tiempo ponga todo en su sitio y estoy segura de que vamos por buen camino. Al fin y al cabo nada es un camino de rosas y la vida es una continua adaptación a nuestro entorno.

Pero ahora me llena el corazón de alegría poder deciros... ya no estoy sola y soy feliz junto a un hombre maravilloso.

Os deseo buena suerte y mucha felicidad para el futuro a los que os encontreis en una situación difícil. Espero que mis relatos os den esperanza y os transmitan algo positivo que os ayude.

La paz y la felicidad os esperan a la vuelta de la esquina...

jueves, 29 de enero de 2009

De nuevo amenazas

Aunque con un poco de retraso, sigo mi relato...

El pasado día 12 de Enero, se me ocurrió llamar al papá de los niños. Sabía que aún no le habían avisado del juzgado, así que lo intenté. Pensé que si aceptaba siempre estaría a tiempo de retirar la denuncia y evitar todos estos líos judiciales.

- Te llamaba para preguntarte, si tu crees si es posible que llegáramos a un acuerdo.
- ¿Un acuerdo? ¿Sobre qué?
- Sobre el hecho de que tu puedas pagar algo de los niños. No se... ¿no piensas pasarles una pensión nunca?
- Claro que no, ya lo sabes. ¿Qué piensas hacer? ¿Reclamarmelo con un abogado?
- Hombre, si te llamo es precisamente para eso, para ver si lo podemos evitar de alguna manera. Yo preferiría que pudiéramos entendernos y acordarlo amistosamente, pero si no me dejas más opción, tendré que pasar por el juzgado.
- Haz lo que quieras.
- Entonces ¿me estás diciendo que no hay ninguna posibilidad de ponernos de acuerdo?
- Pues no, y tambén te digo que vigiles.
- ¿Cómo que vigile? ¿Me estás amenazando? ¿Amenazando físicamente?
- Pues si, vigila lo que haces, ya sabes que no tengo nada que perder. Sólo te digo que vigiles tu pellejo, por si te pasa algo.
- No te tengo miedo.
- Bueno, no pasa nada.

De nuevo me entró esa sensación... ¿será capaz?... siempre me queda la duda. Duda tonta que después mi racionalidad disipa... pero que nunca desaparece. No es miedo, es temor. No temo lo que me pueda pasar a mi, temo encontrarme en una situación complicada de denuncias, declaraciones, juicios, etc... pero sobretodo temo que todo ello tenga una repercusión psicológica en los niños. No me importa mi persona, me importa que ellos puedan presenciar "una guerra" entre sus padres. Lo que quise evitar en todo momento. La razón por la que renuncié a todo... y que todo ello se arruine ahora.

Que los niños sepan que hay un tema de juicio en el que un señor llamado juez decidirá como van a funcionar las cosas, es muy diferente a que lleguen a temer por la integridad física de su madre... Sin embargo se que esta amenaza no me debe detener... debo luchar por el interés de mis hijos, hasta que su padre entienda que no lo debe hacer por mi, sino por ellos.

jueves, 15 de enero de 2009

TEXTO DE LA DENUNCIA PENAL

AL JUZGADO DE INSTRUCCIÓN de ……………….

Doña ……………………., con domicilio en Calle …………….. de ……………, y provista de DNI nº ………………, en nombre y representación de sus hijos …………………………, con DNI nº ………………………. y ……………………………………, con DNI ……………………, ambos menores de edad y con mismo domicilio que la madre, ante el Juzgado comparece y, como mejor proceda en Derecho y respetuosamente, DICE:

Que en fecha de ……………………. el Juzgado de ………………….. pronunció el divorcio entre la denunciante y el Sr. ……………………., con DNI …………………… y domicilio en …………………………………………, antiguo domicilio familiar.

Que en dicha sentencia se aprueba el convenio regulador firmado por ambas partes en fecha 16/02/2007, en el que se estipula que la demandante no solicita ninguna contribución para el mantenimiento y educación de los dos hijos comunes, y que el Sr. ………………………….. se compromete a participar en especie a los mencionados gastos en el interés de los menores.

Que vengo por el presente escrito, de conformidad con lo determinado en el artículo 259 y ss. De la Ley de Enjuiciamiento Criminal, a formular DENUNCIA por escrito de los siguientes hechos:

PRIMERO.- Que desde la fecha del divorcio el padre no ha contribuido en la educación de los hijos, ni de manera activa (reuniones con los profesores, etc…) ni de manera pasiva (financiación o compra de material, o mera contribución en los gastos escolares), salvo de manera muy puntual y esporádica, y bajo petición reiterada de la madre. Así mismo, la contribución del padre al mantenimiento de los hijos se ha limitado, en el transcurso de este tiempo, al pago del 50% de los gastos de comunión de ……………….. y un pago único de 150 € entregados a la madre a principios de Octubre de 2008, como compensación de la compra del material escolar que se efectuó en Agosto 2008.

SEGUNDO.- Que el Sr. ……………………………………. dispone y ha dispuesto de los recursos necesarios para hacerse cargo de una parte de la manutención de los hijos comunes, pues ha estado trabajando con las empresas ………………………….. y …………………………………., además de haber percibido sus prestaciones por desempleo.

TERCERO.- Que, considerando el tiempo transcurrido desde el divorcio, y la contribución insignificante del padre, considero que los hechos relatados pudieran ser constitutivos de los siguientes delitos:

- dejar de cumplir los deberes legales de asistencia necesaria para el sustento de los descendientes, según el artículo 226 del Código Penal,
- dejar de pagar cualquier tipo de prestación económica a favor de sus hijos, según el artículo 227 del Código Penal.

En su virtud,

SUPLICO AL JUZGADO, que de por recibido este escrito, se sirva admitirlo y por formulada DENUNCIA respecto a los hechos anteriormente relatados, se sirva acordar lo procedente conforme a derecho, en averiguación de los hechos y determinación de la persona penalmente responsable de los mismos.

Así es de justicia, que pido en ……………… a 18 de Noviembre de 2008.

Firmado: …………………………….
DNI ……………………..

DENUNCIA PENAL

Harta de pedir una contribución que jamás llegó al papá de los niños, me sentí humillada el día que me dió 150 € "en concepto de gastos de material escolar". ¿Qué hago con 150 €? En mi pueblo un par de deportivas medianamente buenas cuesta 60 €... 60 € x 2 niños = 120 € !! O sea, ni "pa' pipas"... decir que le costó año y medio para darme ese importe... Fue entonces cuando me harté y decidí dar un paso en serio.

Conozco su argumento de "no tengo dinero"... ah si?? dime entonces como puedes mantener a tu novia, que vive en tu casa sin trabajar? cuidadín... no os confundais, por favor... no son celos, jamás he sido celosa, al contrario, me alegro por él, por mi, y sobretodo por los niños, porque parece que se llevan muy bien con ella. Pero me indigna que me pueda decir que no tiene dinero para contribuir en la educación y en el mantenimiento de los niños, cuando está manteniendo íntegramente a otra persona... También son sus hijos, yo no los hice sóla ni a su espalda, él los quería tanto como yo!!

18 de Noviembre de 2008 : Como buena internauta, me informé bien antes de proceder: si actuaba por la vía civil tenía que contratar un abogado y un procurador. ¡Qué contrasentido! Si hago algún trámite es porque se supone que me hace falta ese dinero, y encima tengo que empezar poniendo 600 € sobre la mesa... Así que en el Juzgado me sugirieron actuar por lo penal. Delito? Abandono de familia = multa + pena de cárcel que no cumpliría por no tener antecedentes. Ese tipo de delito se considera cuando uno de los progenitores que tiene la patria potestad deja de atender las necesidades de sus hijos, sea financiera, sea en materia de educación.

FIN DE TREGUA

Tras un verano laaargamente prolongado, ocupada en rehacer mi vida, vuelvo en un fugaz saludo para contaros un poco de mi vida, ya que se que me echais de menos... pero sobretodo lo hago por aquellos/as a los que mis relatos le son de alguna utilidad.

Bien... brevemente he de deciros que por fin encontré a mi príncipe azul... con la gran sorpresa de que estaba allí, a mi lado, y no supe verle en todo este tiempo. Vino a mi vida con una princesita de 5 añitos en su equipaje personal... de la que estoy encantadíiiiiisima, los dos son un verdadero tesoro!! No me explayaré en este tema, ya que el objeto de este blog es otro diferente, supongo que lo entendereis.

Por fin, puedo decir que la Señora Felicidad vino a quedarse en mi hogar, dándole una patada a soledad, que tanto me hizo sufrir y llorar...