martes, 27 de agosto de 2013

Nuevo fracaso, nueva etapa

Lo intenté. Mi ilusión y todo mi amor no fueron suficientes. Caigo por segunda vez... pero cuento resugir de mis cenizas, como el fénix que soy. De nuevo salgo a la deriva, debo retomar mi timón. Sólo necesito algo de tiempo, dejadme un poco de tiempo, volveré...

sábado, 12 de marzo de 2011

Segundas relaciones

Recuerdo que en una ocasión leí algo sobre las segundas relaciones, que desde entonces me ha rondado por la cabeza. La teoría era que las segundas relaciones fracasaban frecuentemente debido al empeño que se le pone por que todo no acabe como en la relación anterior. Bien, creo que puede ser cierto. El miedo al fracaso puede hacernos actuar a veces de una forma forzada, nada natural. El miedo al fracaso puede hacernos aceptar cosas a cambio de no volver a encontrar la soledad.

Entonces, todo depende de nuestro grado de tolerancia, y nuestra fuerza para luchar.

Si amigos... Despues de un divorcio la vida sigue... y la vida sigue siendo una continua lucha.

lunes, 7 de marzo de 2011

Hay cosas que no se olvidan

Si... Me doy cuenta de que hay anécdotas y ciertas particularidades que siguen presentes. Todas esas personas de su familia formaban parte de mi vida. Es curioso, pero conseguí borrar muchos malos recuerdos a su lado, y sin embargo sigo sintiendo el dolor de haber perdido esa parte de la que llegó también a ser mi familia.

Seguirán ellos pensando en mi? Hace ya tanto tiempo que no sé nada... En una ocasión se me saltaron las lágrimas al ver a uno de los sobrinos con su propio Facebook. Estaba hecho todo un apuesto hombretón... Y aún recuerdo como si fuera ayer el día que entró a saltar encima de nuestra cama con sus 5 añitos... Desde el día que vi su foto actual no consigo quitármelo de la cabeza.

Ese duelo todavía no he conseguido superarlo. Tantas cosas que ansío preguntar, sin nadie que me de respuestas...

lunes, 25 de octubre de 2010

Después del divorcio la madurez

El paso del tiempo me está enseñando que no deberíamos creer en los cuentos de hadas y las historias perfectas. No existen. Vaya descubrimiento! Pensareis... Bien, en el fondo aún sobrevive un ínfima parte de mi niñez. Siempre pensé que deberían perseguirse todos los sueños. Ahora se que algunos nunca se alcanzan.

No estoy en plan dramático, no he tenido ningún problema con mi actual pareja. Tan sólo intento ser realista, evitando caer en el pesimismo. Simplemente he lelgado a la conclusión de que se trata de la llamada "madurez". Creo que, por fin, he alcanzado un punto de equilibrio. La vida me ha enseñado a des-dramatizarlo todo. Ahora se que el mundo no se acaba con una ruptura sentimental. Eso no quiere decir que no le de importancia a la pareja. Le amo y desearía pasar toda mi vida con mi pareja, pero al mismo tiempo soy completamente consciente de que el amor no siempre dura una eternidad.

Nada me vincula definitivamente a mi amado. Estoy con él porque quiero y porque le quiero. Con la libertad por delante. Quedarme a su lado es decisión propia. Que él esté conmigo también. Ya no temo a la soledad, si aparece algún día de nuevo en mi vida, sabré que es una compañera de viaje más. Pensar en esto me transmite serenidad. Ya no hay rastro de miedos. Soy persona.

domingo, 24 de octubre de 2010

Pruebas

Hace tiempo que no escribo, empiezo a sentir el mono... Me sube esa sed de creatividad que inunda mi vida y me pone nerviosa. Estoy pensando en empezar, de nuevo, un libro. Mi cabeza se llena de historias por contar, de párrafos de una imaginaria narración...

Esta noche empiezo las pruebas con mi iphone, espero tener pronto un ipad, para que me aliente en este proyecto e incentive mi perseverancia...

Las dudas me invaden al mismo tiempo, seré capaz?

Buenas noches amigos/as, ahora os llevaré siempre en mi bolsillo. Quizás así tengais más noticias mías...

jueves, 29 de julio de 2010

Hace tiempo...

Hola amigos!

Llevaba ya mucho tiempo sin escribir en este blog, pero sigo con placer recibiendo y leyendo vuestros comentarios, gracias!

Ultimamanete llevo un tiempo reflexionando sobre las relaciones y sobre mi misma... Mi divorcio ya es agua pasada, definitivamente, y, aunque aún tenga algún roce de vez en cuando, podría afirmar que "me llevo bien" con el padre de mis hijos. Su novia es una bellísima persona y los niños la adoran, con entera tranquilidad y satisfacción por mi parte.

Yo llevo una vida "estable" con mi nueva pareja desde hace ya 2 años. Aunque, como en todas las parejas, siempre hay altibajos. Creo que los altibajos tienen por función reforzar y consolidar la pareja. Me he percatado que cada vez asimilo mejor estos conflictos, que antes me parecían catastrofistas y me hacían siempre pensar que había llegado a algo insuperable, o a la ruptura. Aún no tengo claro si eso es gracias a la confianza que me transmite mi pareja o si es fruto de mi propia madurez.

Ah madurez... suena tan a viejo, y sin embargo sí que la siento. Siempre he aparentado madurez, pero creo que ahora la siento por dentro. Es algo muy raro, difícil de explicar... me siento serena, emocinalmente estable, fuerte. Me acerco a los 34 años, pero siento que el corazón me pesa como si tuviera ya los 50. ¿Me habrá curtido el corazón mi divorcio, cual curte la piel el sol?

Ya tan lejos me parecen las alocadas noches de juerga, las fiestas al aire libre, los ligues pasajeros... parece que pasaron mil años, como si lo hubiera experimentado en otra vida... y a la pregunta ¿lo hecho de menos? la respuesta es no... no es nostalgia, no es pena, es el satisfactorio recuerdo de una página pasada. Todo aquello formó parte de mi búsqueda de identidad, de mi eterno sentimiento de soledad, de mi desesperación en llegar a algún sitio. Ahora soy yo, tengo la vida que quiero y donde vaya ya no me importa, pase lo que pase, se que llegaré serena.

martes, 25 de agosto de 2009

Fin de la guerra

¿Fin? Bien... no estoy segura de que los finales existan realmente, porque pienso que la vida es siempre una sucesión de eventos, pero si me adhiero al significado descrito en el diccionario, quizás sí que pueda señalarlo como el final de mi guerra personal.

Hace algún tiempo os describí mi denuncia penal. Fue desestimada en el Juzgado de Primera Instrucción porque el Juez consideró que había sido yo la que renuncié a la pensión de mis hijos inicialmente. En ningún momento tuvo en cuenta que el padre se comprometía a participar directamente en los gastos. Tras la pertinente apelación, el Segundo Juez dictaminó que no existía tal abandono por parte del padre porque los niños disponían de una madre que se apretaba el cinturón, pero que consegía sostener a los niños sin que les faltara nada sustancial para su desarrollo. Sí, sí... increíble pero cierto. Al menos en esta segunda ocasión me alentaban a iniciar un procedimiento civil para establecer una pensión.

No había nada ganado por adelantado. Ni siquiera estaba segura de que me aceptaran la demanda, pues no existe tal obligación si no se demuestra un cambio sustancial de las condiciones económicas tras el acuerdo de divorcio. No obstante, no me podía resignar a aceptar la situación sin luchar hasta el final. Así que una vez interpuesta la demanda, la magia de mi excelente abogada (rubia de ojos azules, no sé si tendrá algo que ver) operó.

Iniciada la negociación con el papá de mis hijos, él se opudo a darme nada. Pero ni siquiera quiso buscarse un abogado, así que fue la mía la que tuvo que aconsejarle... Aunque pagando yo, claro está.

En una de las sesiones de negociación, él pretendió estrujarme más... y entonces fue cuando salieron mis garras, la fiereza contenida desde el principio me hizo leer en voz alta cuatro reproches grabados en el fondo de mi corazón. Eso le hizo claudicar y acabar reconociendo que fue gracias a mis esfuerzos que los niños no quedaron traumatizados por la situación.

Claudicó hasta tal punto que reconoció que el acuerdo al que llegábamos era realmente mísero (250€/mes por los dos niños), pero que era la única manera de estar seguro que podría hacer siempre frente a sus obligaciones. Acepté.

Así que finalmente hubo acuerdo mútuo ratificado por el Juzgado, sin más. Ni vistas, ni justificantes, ni testigos, ni nada. Tan sólo un mísero acuerdo que se hizo esperar más de dos años.

El final de una guerra, al fin... creo que el principio de la paz.