domingo, 16 de marzo de 2008

Todo empezó en Enero de 2007 (II El paso)

Y llegó aquél día. Fue muy rápido. Hablamos una noche, estuvimos los dos de acuerdo. En tres semanas ya habíamos hablado con los niños, elaborado el acuerdo, hablado con el abogado y me había mudado.



Creyendo facilitar el diálogo y para que el proceso fuera más rápido y limpio renuncié a mucho : le dejé mi casa y renuncié a la pensión alimenticia de mis hijos. Tan sólo me llevé los ahorros, el coche, la secadora y tres cazuelas. Pensé que entrar en caminos de once varas haría sufrir sobretodo a los niños : era esencial preservarlos.



En todo momento actué como si la situación fuera normal !sería divertido tener dos casas!, dije a los nenes. Nadie se lo creía, mi apariencia era normal, no me dejé vencer por la típica depresión, ni dejé de comer, ni dejé de sonreír... pero la procesión iba por dentro. Ahora estaba yo sola para tirar del carro y salir adelante.

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