martes, 25 de marzo de 2008

Todo empezó en Enero de 2007 (V Él llegó)

Y de pronto el amor llamó a mi puerta... Menos de un mes después de la separación le encontré sin buscarlo. Sus palabras, sus pensamientos, sus sentimientos, su profesión, su físico, todo, todo, era tal como me había imaginado. Así era mi príncipe azul, aquél que me rescataba de ese oprimente matrimonio. Aquél que me llevaba a parajes desconocidos y por sendas deshabitadas. Y allí estaba pidiéndome los besos que yo tanto anhelaba dar.

Poco a poco fuimos avanzando por nuestro propio camino y nos convertimos en amantes secretos. Creímos que sería más prudente ser discretos, por los niños, por su madre, por mi reciente separación y su posición social. No estábamos preparados a afrontar el cotilleo y la maldad, así que escogimos disfrutar en la intimidad y avanzar a pasos de tortuga hasta conocernos mejor y estar seguros de que deseáramos ser una pareja estable.

Pasaron los meses. Yo me enamoré de nuevo hasta la médula. Se me hizo extraño ver cómo era capaz de sentir tanto amor y desamor (por mi ex) al mismo tiempo. Y lidié la situación, siempre cuestionándome y vigilando mis propios sentimientos. Me aseguré que lo que sentía era real, no producido por algún tipo de despecho o resentimiento por mi reciente ruptura.

Fue increíble con él me sentí totalmente liberada y viví un apasionado romance como los de las películas. Jamás pensé que aquella parte de mi seguía tan viva : el sexo fue lo mejor de toda la relación. Disfruté hasta lo más profundo de mi ser... hasta que con el paso del tiempo me di cuenta que aquello no era lo que yo deseaba.

Pasado un tiempo, el secreto empezó a pesar sobre mi. Dimos el tímido paso de desvelar nuestra relación a los más íntimos, pero pronto me di cuenta de que él no estaba dispuesto a más. En cuanto le pedí firmemente que tomara una decisión, se asustó. No fue capaz de asumir mi situación personal y prefirió dejarlo.

El golpe fue brutal. Creí volverme loca. No entendía que una relación tan bonita pudiera asustar por el peso de la responsabilidad de tener dos hijos. Me arrastré y le supliqué aún sabiendo que no actúaba correctamente.

Aún hoy me muero por sus huesos. He intentado establecer otra relación, pero es a él a quien quiero. Por más que quiera no consigo apartarlo de mi mente... él era mi ideal.

1 comentario:

Susi CG dijo...

y actualmente lo ves??? teneis algun trato???
te sigo fielmente....besitos